En el mundo actual podemos decir que casi todos los países tienen un sistema educativo sólidamente establecido y organizado, ya sea por iniciativa estatal o por la privada. Sin embargo, aunque las estructuras educativas sean una generalidad mundial, no todos los países ofrecen la misma calidad educativa para sus niños. Es una realidad más que obvia y aunque no necesita demostración, los diferentes informes sirven para ello.
A pesar de las diferencias en calidad, casi todos los sistemas educativos del mundo aplican el clásico método de enseñanza de un profesor conferencista frente a una pizarra y un sistema de evaluación basado en exámenes escritos. Dado que la metodología y la evaluación es la misma la evidencia nos lleva a afirmar que las condiciones económicas son los determinantes diferenciadores para la calidad, y es que tal afirmación no solo se evidencia a nivel individual sino también a niveles macros.
Podemos englobar que los factores como la infraestructura física y digital, presupuesto, capital humano docente y herramientas auxiliares para la educación están determinados directamente por las condiciones económicas del país, condiciones que se pueden resumir en varios indicadores. El más común de esos indicadores es el PIB per cápita, que es básicamente el montante del PIB que le correspondería a cada habitante del país si este se repartiera equitativamente.
Pues estableciendo una comparación entre PIB per cápita de 22 países y su puntuación obtenida en los resultado de PISA 2018 se puede encontrar que existe una relación positiva en estas dos variables, tal como se observa en el gráfico a continuación.
Gráfico comparativo PIB per cápita en dólares estadounidense (precios constantes internaciones de 2011) y puntuación media obtenida en PISA 2018.
En la imagen se puede observar que los países con mayor PIB per cápita obtienen mayores puntuaciones en la evaluación. Esto es una demostración de cuan determinante es la disponibilidad de recursos económicos para la consecución de una educación de calidad. Es lógico que, dada la diversidad global, algunos países no se ajustan a tal afirmación, pero son muy excepcionales, tal es el caso de China, con PIB per cápita muy bajo y con una alta puntuación en sus resultados. Del lado opuesto está Arabia Saudita con PIB per cápita muy alto y una puntuación baja. Tales excepciones pueden explicarse por otros factores de tipo cultural o asociados con una importante desigualdad social.
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